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martes, mayo 27, 2008

Entre el hambre y la obesidad

Entre el hambre y la obesidad
Por: Francisco Báez Rodríguez | Opinión
Martes 27 de Mayo de 2008 |
 

 
La alerta ha cambiado de color y ahora es generalizada la preocupación sobre el comportamiento del mercado mundial de alimentos. El paquete de medidas de emergencia que ha instrumentado el gobierno mexicano es prueba de este cambio.
El aumento en los precios de los alimentos, en México y en el mundo, se debe a una serie de factores: aumento de la demanda en India y en China —paradójicamente, el fin del hambre de millones—; a malas cosechas a nivel mundial, resultado del cambio climático; al aumento en el costo de los fertilizantes, jalado por el incremento de los precios petroleros y a la creciente demanda de biocombustibles, entre los que destaca el etanol.
En nuestro país, además, tenemos el peso muerto de la especulación —a menudo, de parte de grandes empresarios—, que permite la acumulación de inventarios de granos a costas tanto del consumidor, como del productor.
Hay dos aspectos hasta cierto punto contrastantes en el plan del gobierno federal para prevenir la crisis alimentaria. Por una parte, se obedece a los mercados y se eliminan impuestos a la importación de maíz, trigo, frijol y arroz. La dura realidad calló a las agrupaciones políticas que venían abogando, desde hace cuando menos un lustro, a favor del proteccionismo agrícola (y, con ello, del manejo político y corporativo de tarifas y subsidios). Silenciosamente, el capítulo más peliagudo del TLC dejó de ser tema de controversia seria porque, como dice el dicho, a todo se acostumbra uno, menos a no comer.
Por la otra, hay una serie de medidas orientadas a fortalecer la producción de bienes básicos, a proteger a los consumidores más vulnerables y a subsidiar a productores y familias necesitadas. En ellas está implícito el reconocimiento de que el mercado, por sí solo, puede tener consecuencias que son éticamente inaceptables en una sociedad moderna (y aquí, más que a Malthus, nos referiríamos a David Ricardo, y su visión de un mercado de trabajo en el que la oferta de mano de obra se autorregula por la vía del hambre). El reto será que los programas funcionen tal y como están diseñados: en demasiadas ocasiones el uso político y burocrático de los mismos los ha convertido en trabas para la producción.
Finalmente, está el apartado estratégico. La reserva de maíz, en principio destinada a las familias marginadas, es posiblemente el inicio de una reserva todavía mayor. De hecho, esta parte del proyecto es una respuesta tardía al problema mundial: otras naciones llevan más tiempo armando las suyas, y el efecto "compras internacionales de pánico" es un ingrediente adicional de la crisis que estamos viviendo.
Podemos considerar que las medidas pueden ser insuficientes, que algunas son de difícil instrumentación y que otras llegaron tarde. Pero todas van por el camino correcto. El problema con el que se toparán, estoy convencido, es la cortedad de miras de la mayor parte de las distintas agrupaciones de productores y de comercializadores de alimentos, por no hablar ya de los partidos políticos. En sus primeras reacciones se ha hecho evidente que cada quien mira para su santo, que son sus santos intereses, y le importa un bledo la situación del país en su conjunto. Tejer fino en la política: ese es el desafío mayor. Allí, desgraciadamente, no podemos ser tan optimistas.
Hay otros dos frentes en los que será urgente trabajar. Uno tiene que ver con la política internacional. Si bien el etanol no es el único culpable de la situación, es un factor que se puede controlar por medio de políticas públicas. Pugnar por una reducción generalizada de los subsidios masivos al etanol es parte de una política activa y responsable de cualquier nación. La cuestión es particularmente grave en Estados Unidos: el 20 por ciento del maíz de EU se convierte en etanol… para producir el 2 por ciento de la energía que utiliza esa economía. Si convirtieran todo, apenas cubrirían el 10 por ciento de su demanda energética. Un absurdo.
De igual manera, México debe trabajar para que todas las naciones avalen y respeten el Protocolo de Kioto. De otra forma, el derroche energético seguirá impactando los precios de los bienes más fundamentales.
El segundo frente es interno, y es cultural. La población sabe ya —merced a un reality show— que México es el segundo país más obeso del mundo. Lo somos porque hemos entrado de lleno a la cultura de la obesidad. La composición de la dieta ha cambiado, favoreciendo grasas y azúcares; ha cambiado la composición misma de los alimentos (comparen un queso comercial de hace 25 años con el de hoy: son productos distintos); ahora se insta a las personas a comer mucho (platos tamaño Texas, también en las casas) y la cultura de aprovechar las sobras ha ido en declive, con lo que se tiran muchos alimentos.
Hay grandes empresas que se han beneficiado de la chatarrización de la dieta de los mexicanos, la siguen impulsando —a veces con publicidad engañosa: "consume más de nuestro producto y adelgazarás"— y no deben estar muy dispuestas a ver disminuidas sus ganancias. No importa que la gordura sea sólo otro rostro de la desnutrición, tampoco que una serie de alimentos pierdan, en procesos sucesivos, su capacidad nutricional, o que los costos mayores no sean los del alimento mismo, sino los de empaque y publicidad (que es casi como meter la comida por tubo).
Si de verdad se quiere llevar a cabo una estrategia integral en contra del hambre, hay que incluir en ella a las escuelas y a la publicidad. Fomento de una cultura sana, por un lado; por el otro, regulación estricta de mensajes que apuestan —a escondidas— por la cultura de la obesidad.

fabaez@gmail.com


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AHANAOA A. C.
Lic. Nut. Miguel Leopoldo Alvarado
http://www.nutriologiaortomolecular.org/
http://www.seattlees.com/

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La obesidad es un exceso de grasa, determinado por un Índice de masa corporal o IMC aumentado (mayor o igual a 30). Forma parte del Síndrome metabólico. Es un factor de riesgo conocido para enfermedades crónicas como: enfermedades cardíacas, diabetes, hipertensión arterial, ictus y algunas formas de cáncer. La evidencia sugiere que se trata de una enfermedad con origen multifactorial: genético, ambiental, psicológico entre otros. Acumulación excesiva de grasa en el cuerpo, hipertrofia general del tejido adiposo.

Es una enfermedad crónica originada por muchas causas y con numerosas complicaciones, la obesidad se caracteriza por el exceso de grasa en el organismo y se presenta cuando el índice de masa corporal en el adulto es mayor de 25 unidades.

La obesidad no distingue color de piel, edad, nivel socioeconómico, sexo o situación geográfica.

Anteriormente se consideraba a la persona con sobrepeso como una persona que gozaba de buena salud, sin embargo ahora se sabe que la obesidad tiene múltiples consecuencias en nuestra salud.
Ahora se sabe que la obesidad está fuertemente relacionada como causal de otras enfermedades como lo son los padecimientos cardiovasculares, dermatológicos, gastrointestinales, diabéticos, osteoarticulares, etc.

El primer paso para saber si existe obesidad o no, es conocer el índice de masa corporal (IMC), lo que se obtiene haciendo un cálculo entre la estatura y el peso del individuo.

La obesidad es un exceso de grasa corporal, que por lo general, y no siempre, se ve acompañada por un incremento del peso del cuerpo.

Tabla de contenidos
1 Clasificación
2 Causas
3 Buscando el equilibrio
4 Tratamiento
5 Enlaces externos

Clasificación
Se puede establecer un índice de obesidad, definido como la relación entre peso real y teórico.

Tipos
Obesidad exógena: La obesidad debida a una alimentación excesiva.

Obesidad endógena: La que tiene por causa alteraciones metabólicas.

Dentro de las causas endógenas, se habla de obesidad endocrina cuando está provocada por disfunción de alguna glándula endocrina, como la tiroides.

Obesidad hipotiroidea
Obesidad gonadal

No obstante, los adipocitos están aumentados de tamaño por acción de los ácidos grasos libres que penetran a éstos y, por medio de un proceso de esterificación, se convierten de nuevo en triglicéridos. Éstos antes han sido el resultado de la activación de VLDL circulantes en la absorción de ácidos grasos.

Es una enfermedad en cuya génesis están implicados diferentes factores, muchos de los cuales todavía no se conocen muy bien. Los genes, el ambiente, el sedentarismo, son condicionantes básicos que están implicados en la génesis de la obesidad así como los producidos por medicamentos o por distintas enfermedades.
El Síndrome de Prader-Willi (SPW) sería otra causa, en este caso, una combinación exógena y endógena.

Gráfica comparando los porcentajes de obesidad del total de población en países miembros de la OCDE. Para edades mayores de 15 años y un IMC mayor a 30.

Causas
Las causas de la obesidad son múltiples, e incluyen factores tales como la herencia genética; el comportamiento del sistema nervioso, endocrino y metabólico; y el tipo o estilo de vida que se lleve.
Mayor ingesta de calorías de las que el cuerpo necesita.

Menor actividad física de la que el cuerpo precisa.
Si se ingiere mayor cantidad de energía de la necesaria ésta se acumula en forma de grasa. Si se consume mas energía de la necesaria se utiliza la grasa como energía. Por lo que la obesidad se produce por exceso de energía, como resultado de las alteraciones en el equilibrio de entrada/salida de energía. Como consecuencia se pueden producir diversas complicaciones como lo son la hipertensión arterial, la diabetes mellitus y las enfermedades coronarias.

La herencia tiene un papel importante, tanto que de padres obesos el riesgo de sufrir obesidad para un niño es 10 veces superior a lo normal. En parte es debido a tendencias metabólicas de acumulación de grasa, pero en parte se debe a que los hábitos culturales alimenticios y sedentarios contribuyen a repetir los patrones de obesidad de padre a hijo.
Otra parte de los obesos lo son por enfermedades hormonales o endocrinas, y pueden ser solucionados mediante un correcto diagnóstico y tratamiento especializado.

Buscando el equilibrio
Se sabe que cada 250 gramos de grasa equivalen a 3.500 calorías. Si existe un exceso de grasa se deben calcular las calorías que representan y disminuirlas en la ingesta en un periodo de tiempo adecuado.
Contenido en calorías de diversos alimentos:
Cada gramo

Contenido en calorias
Grasa 9
Alcohol 7
Proteína 4
Carbohidrato 3,75

Y en cuanto a alimentos:

Alimentos
Contenidos en calorías
Ración de carne de vaca 483
Hamburguesa 300
Pan con mantequilla 100
Taza de té con dos cucharaditas de azúcar 67

Tratamiento
Es necesario tratar adecuadamente las enfermedades subyacentes, si existen. A partir de aquí depende de buscar el equilibrio, mediante ajustes en la dieta.

La dieta debe ser adecuada a la actividad necesaria, por ello una dieta muy intensiva en personas muy activas es contraproducente. Debe de tenderse a realizar dietas más suaves y mantenidas.

Una vez alcanzado el peso ideal, lo ideal es mantenerlo con un adecuado programa de ejercicios y alimentación que sobre todo permitan no volver a recuperar la grasa y el peso perdido.

Enlaces externos
Asociación de Información al Obeso
Informacion especifica acerca de la obesidad
Información detallada sobre la Obesidad
Información sobre la Obesidad

Obtenido de "http://es.wikipedia.org/wiki/Obesidad"

Categorías: Glosario de términos médicos Enfermedades endocrinas