Prevención. La influencia del estilo de vida, clara en enfermedad cardiovascular, es cada vez más evidente en neoplasias y demencia
La obesidad se asocia a cáncer de mama, colon y, ahora, páncreas
Puede que dentro de poco los mensajes institucionales a favor de un estilo de vida saludable no sólo hagan referencia a la prevención de las enfermedades cardiovasculares (ECV), sino también al cáncer y a otras ligadas al envejecimiento poblacional, como el Alzheimer. ECV y neoplasias constituyen la primera y la segunda causa de muerte en España, con 120.694 y 101.694 fallecimientos respectivamente en 2006. Por tanto, alcanzar las mismas conclusiones en la prevención de ambos grupos de enfermedad permitiría establecer estrategias para reducir la morbimortalidad global.
Naiara Brocal Carrasco naiara.brocal@unidadeditorial.es 21/04/2008
En la Reunión Anual de la Asociación Americana para la Investigación del Cáncer, que se celebró la semana pasada en San Diego, California (Estados Unidos), se presentaron varios estudios muy preliminares que ahondan en la influencia de la dieta en algunos de los tumores más frecuentes. Los investigadores norteamericanos expusieron la influencia negativa del alcohol en el cáncer de mama, el más mortífero para la mujer; apuntaron el posible papel en la prevención del cáncer colorrectal del ácido fólico, la vitamina D y el calcio, y sugirieron que la restricción calórica tendría un efecto preventivo del cáncer de páncreas.Investigadores de la Universidad de Texas y el Centro Oncológico MD Anderson, en Houston (Estados Unidos), presentaron un estudio en ratones que mostraba que una dieta baja en calorías tendría un efecto preventivo del cáncer de páncreas. "Existe una relación muy directa entre obesidad y pancreatitis, que a su vez es una causa frecuente de cáncer de páncreas. Por tanto, tiene sentido que las dietas hipocalóricas tuvieran un efecto preventivo", explica Antonio Llombart, jefe del Servicio de Oncología del Hospital Arnau de Villanova, de Lérida, y miembro de la junta directiva de la Sociedad Española de Oncología Médica.
Hormonas
La relación de la obesidad con este tumor se sumaría a asociaciones más o menos establecidas entre este trastorno metabólico y el cáncer de mama, próstata y colon. En los dos primeros, la obesidad y un alto consumo de grasas saturadas contribuiría a un desajuste hormonal que propiciaría tumores hormonosensibles. En tumor de colon, no es claro si la obesidad contribuiría o sólo lo haría la dieta.
"La influencia de la alimentación está bastante clara en tumores digestivos, y especialmente en colon, relacionado con las grasas saturadas y el déficit de vegetales y fruta", afirma Francesc Casas, del Servicio de Oncología Radioterápica del Hospital Clínico de Barcelona. La asociación entre dieta y cáncer de mama y próstata procede de la observación de las poblaciones asiáticas que se trasladaron a Estados Unidos y que en sus regiones de origen presentaban una menor incidencia de estas neoplasias. "En la primera generación continúan con la frecuencia de sus países de origen, pero la siguiente adquiere ya la prevalencia del país al que emigran, y se cree que es por la dieta".
Un trabajo del Instituto Médico Howard Hughes, en Maryland, en 5.461 pacientes postmenopáusicas con cáncer de mama invasivo y que se expuso en San Diego halló una asociación con el consumo diario de alcohol incluso a dosis bajas. Los oncólogos señalan que esta sustancia aumentaría los estrógenos, lo que se relacionaría con un mayor riesgo de cáncer. "Aunque se ha expuesto que el alcohol a dosis moderadas tendría un efecto cardioprotector en ambos sexos, en la mujer ya se había señalado este posible riesgo", asegura Casas.
El efecto carcinogénico del alcohol en los tumores de cabeza y cuello y digestivos se conoce hace tiempo, resalta Joaquín Montalar, jefe del Servicio de Oncología Médica del Hospital La Fe, de Valencia. Entre los alimentos identificados por su contribución a los cánceres digestivos destacan los ahumados y los picantes. Respecto al ácido fólico, es un micronutriente "muy controvertido en cáncer de colon, que no se sabe si podría aumentar el riesgo o reducirlo", por lo que no existen datos que apoyen su recomendación o prohibición. La semana pasada, en el foro de oncólogos, un estudio de la Universidad de Toronto (Canadá) en modelo animal mostró que la suplementación con folatos durante la gestación protegería a la descendencia frente a esta neoplasia.
Calcio
Investigadores de la Universidad de Emory mostraron por otra parte los resultados de un pequeño ensayo en 92 pacientes con cáncer de colon en fase inicial a los que se suplementó su dieta con vitamina D y calcio, lo que redujo la progresión del tumor.
"Ya hay estudios previos que sugerían que estos suplementos podrían reducir el cáncer de colon. En este caso, han determinado que este mecanismo es a través de la molécula Bax, que induciría la muerte de las células que inician una transformación tumoral", detalla Jesús García-Foncillas, director del departamento de Oncología de la Clínica Universitaria de Navarra.
El experto destaca que la importancia de todos estos estudios reside en que presentan nuevas vías de investigación para el desarrollo de biomarcadores y nuevas dianas terapéuticas. "Es probable que comencemos a alcanzar epidemiológicamente nuevas conclusiones sobre la influencia de la dieta en el cáncer. Conocer además los aspectos moleculares que caracterizan un tumor abre nuevas estrategias tanto desde el punto de vista de la prevención como para el desarrollo de abordajes terapéuticos".
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AHANAOA A. C.
Lic. Nut. Miguel Leopoldo Alvarado
http://www.nutriologiaortomolecular.org/
http://www.seattlees.com/
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